Seis puntos importantes para una operación de evisceración de primer nivel

Si se hace de forma incorrecta, la evisceración automática puede provocar contaminación fecal. Esto puede ocurrir durante el vaciado, la apertura de la carcasa y durante la propia evisceración. El uso de las técnicas correctas puede reducir significativamente o incluso eliminar este riesgo.

La cuchilla que abre la carcasa debe cortar alrededor de la cloaca, no en línea recta. Este método evita dañar el recto y cortar el intestino y derramar su contenido.

Los evisceradores deben diseñarse de manera que todo el paquete de vísceras, incluido el buche, se extraiga sin daños en un solo movimiento suave.

Una vez que el paquete de vísceras ha sido extraído automáticamente, debe retirarse de la carcasa inmediatamente. Desde hace muchos años, esto suele implicar la transferencia automática del paquete a un gancho separado suspendido de su propio sistema de transportador aéreo. Los paquetes se transfieren con el intestino y la cloaca colgando y alejados de los menudillos comestibles, que se pueden recoger automáticamente. Los paquetes deben ser compactos, sin intestinos que se arrastren lo suficiente como para tocar y contaminar a su vecino.

En esas plantas que, con frecuencia, manejan capacidades más bajas y en las que los paquetes no se transfieren a un gancho portapaquetes separado, estos deben presentarse adecuadamente sobre la parte posterior de la carcasa para facilitar la inspección veterinaria y la separación manual de los menudillos. Un gancho de evisceración de pie recto, en lugar de doblado, significa que las carcasas cuelgan ligeramente oblicuas con un contacto mínimo entre la carcasa y el paquete de vísceras potencialmente contaminante.

Los sistemas de evisceración automática actuales deben manejar todos los pesos de los pollos comerciales a las más altas velocidades de la línea. También deben tener la capacidad para manejar las variaciones típicas en los lotes sin que el rendimiento se vea afectado. Los rendimientos y la calidad del producto deberían permanecer constantes. El posicionamiento correcto y la capacidad de realizar ajustes finos en el eviscerador de acuerdo con el lote que se está procesando son esenciales si se quiere alcanzar estos objetivos.

Tradicionalmente, se utilizaban volantes y palancas para cambiar los ajustes de la máquina. La digitalización ha comenzado a asumir esta función, ofreciendo beneficios adicionales. Además de poder configurar la máquina desde una pantalla táctil, estos ajustes pueden almacenarse ahora en la memoria del software. El cambio de ajustes de un lote a otro puede hacerse con precisión y con un solo toque.

Se dice que la gran ventaja de la automatización es que las máquinas no se ponen enfermas, ni tienen días libres, ni necesitan tiempo de descanso. Sin embargo, los ajustes pueden ser incorrectos. Las piezas de la máquina pueden desgastarse. Por supuesto, las máquinas pueden averiarse. Todos estos problemas potenciales pueden afectar al tiempo de funcionamiento, el rendimiento y la calidad del producto final.

También aquí la digitalización puede ayudar. Ahora se dispone de un software que alerta a la dirección de la planta de los equipos que funcionan mal, hasta una unidad individual. Esto significa que, si una unidad de un eviscerador no funciona correctamente, se hace visible inmediatamente en una consola de control central. De este modo, el departamento técnico de la planta de procesamiento sabe exactamente dónde está el problema y puede intervenir con rapidez y eficacia. Por consiguiente, los tiempos de inactividad y las posibles pérdidas de rendimiento se reducen al mínimo.